Capítulo 30 Frustrada
Aren, la mira sin entender qué le sucede, y mostrando cierta resistencia a ceder en sus costumbres, como si fuera un niño pequeño. Gil recuerda lo que le pidiera Oto, por eso suaviza su manera de hablar y se decide a enseñarlo.
—Cárgame, pero no así, por favor —sonríe al ver cómo la mira intrigado, y se le olvida la molestia al ver la inocencia en sus ojos. — Ven aquí, coloca tu mano derecha en mis piernas, y la izquierda en mi espalda y cárgame, yo me sujetaré de tu cuello.
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