Capítulo 59 Recogida en las calles
Después de recibir trescientos mil de Adán, Jerónimo se dio todos los lujos de la vida. Se arregló y se pavoneó con orgullo mientras su autoestima se disparaba gracias a todos los halagos que recibía. Fue justo en ese momento cuando se enteró de una oportunidad de negocio.
Trescientos mil era una miseria comparada con la avaricia de Jerónimo, así que en cuanto se enteró de la posibilidad de ganar millones con ella, entregó de inmediato todo su dinero. Todavía necesitaba unas decenas de miles, así que decidió ponerse en contacto con algunos usureros y les ofreció asociarse con ellos. Era evidente que se trataba de una trampa.
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