Calvin y Félix se quedaron mudos durante un buen rato antes de que su expresión se torciera en un ceño desagradable al comprender por fin lo que había ocurrido, de inmediato enviaron gente a buscar a Susan, pero al cabo de varias horas seguían sin recibir noticias.
—Maldita sea, ¿cómo pudo esa mujer desaparecer en el aire? ¡¿Cómo es posible que no encontremos ninguna información?! —Calvin pateó con rabia la mesa de té que tenía delante. Sus otros dos hermanos también tenían expresiones desagradables.
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