Para cuando los sirvientes ayudaron a Cintia a limpiar, Diego había regresado al palacio. En un intento de evitar provocar la respuesta histérica de Cintia, Ariadna se puso un sombrero de verano que le cubría todo el rostro a excepción de los ojos. En esa oportunidad, llevó un sedativo como medida de precaución; en caso de que Cintia enfureciera, podría usarlo.
Como era la primera vez que Valentín la veía vestida de esa forma, sonrió porque le causaba gracia lo bien que se veía.
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