Capítulo 387 ¿Te divierte engañarme?
Después de que llegaron las bebidas, Eunice no perdió tiempo en beberlas con avidez, el fuerte licor quemando su garganta mientras bebía sin dudarlo.
A pesar de la intensidad del alcohol, parecía completamente inafectada, consumiéndolo con la misma facilidad que si fuera agua, encarnando la angustia de un alma sumida en la desesperación.
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