Lauren creció huérfana, hasta que un día una pareja adinerada apareció afirmando que ella era su verdadera hija. Pensó que finalmente tendría la familia amorosa con la que siempre había soñado. Pero después de regresar a casa, encontró a otra chica viviendo en su lugar: la falsa heredera a la que habían consentido durante años. Sus padres biológicos favorecían a la impostora. Su propio hermano mintió en el tribunal para incriminarla solo para proteger a la impostora. Incluso el amigo de la infancia en quien más confiaba testificó en su contra. Por Willow, la obligaron a asumir la culpa, la enviaron a prisión y la dejaron allí para sufrir. Cinco años después... Sus llamados padres se arrodillaron ante ella, llorando. —Lauren, nos equivocamos. Vuelve a casa. Su altivo hermano, ahora pálido y temblando, se le acercó. —Lauren, por favor... perdóname. Incluso su amigo de la infancia estaba de rodillas en su puerta. —Te daré mi riñón... solo dame tu corazón, te lo suplico. Demasiado tarde. Cinco años tras las rejas habían aplastado cualquier sentimiento que alguna vez tuvo por ellos. Por mucho que lloraran o suplicaran, ella no sentía nada. Y entonces... Lauren se volvió deslumbrante y admirada por el mundo. Conoció a un hombre que la apreciaba solo a ella. En cuanto a aquellos que alguna vez la traicionaron y destruyeron... Ahora solo podían observarla desde lejos. Incluso acercarse a ella era solo una fantasía distante.