Capítulo 219 En la sala de operaciones

En este momento, Olympia había abandonado por completo su habitual comportamiento elegante y de alta sociedad. Ya no era una refinada socialité, solo una madre afligida que había perdido a su hijo, ahogándose en un dolor insoportable. Lloraba incontrolablemente, pero luego, como si de repente se diera cuenta de algo, se volvió hacia Willard y comenzó a golpear su pecho frenéticamente.