Capítulo 47 Mirada aguda
Sophie sintió el peso de la presencia helada del hombre, y su valentía flaqueó. El miedo le arañaba el pecho, dejando su lengua casi atada. Desesperada por recuperarse, exclamó: "¡Quizás el Sr. Robin tenía algo urgente que atender y tuvo que irse sin decir nada!"
La mandíbula de Emyr se apretó, su expresión impenetrable pero mandona. Volviéndose hacia Tad, dio una orden rápida e inflexible. "Acaba de estar aquí. Sella el hospital. Busca en cada rincón hasta encontrarlo."
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