Capítulo 37 Una tortura de deseo
Los cachorros fueron llevados por su padre al castillo Salvatore, ellos debían vestirse por qué esa noche habría un gran banquete en su honor, pero resultó que estaban somnolientos y querían tomar una siesta, ambos se quedaron dormidos en el auto
— Camilo, baja a un cachorro y ayúdame a llevarlos a su habitación
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