Capítulo 519 No muerto, sino mutilado
A las tres de la mañana, en las afueras, se acercó una furgoneta negra desde la distancia, con sus luces delanteras tenues brillando. Todo el viaje fue silencioso y en este páramo desolado, nadie se daría cuenta de la furgoneta.
"¿Esa es la fábrica que está adelante, Hermano Rojo?" susurró un hombre con el pelo verde en el coche.
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