— No eres nadie para mi, no eres nada, y nunca esperes nada de mí. Fuiste comprada aquí para hacer el papel de luna y gratificar mi deseo sexual —dijo mi Mate y nuevo alfa, sin remordimiento ni ningún tipo de afecto en su mirada, las lágrimas brotaron de mis ojos pero me negué a llorar por el hombre que se acuesta con otras mujeres en mi presencia. Entonces lo miré a los ojos y le contesté: —Sí. — No —gruñó. — Sí, Alfa —repetí y pasó a mi lado, una vez fuera de mi vista, mis piernas se rindieron justo cuando las lágrimas rodaron por mis mejillas. ... — Estás embarazada, Luna, felicidades. Mi mundo se detuvo mientras miraba a la doctora, ella estaba feliz de que la manada tendría un heredero, pero yo no, no podía estarlo cuando había sufrido tanto a manos de tu mate predestinado. Corrí, corrí y corrí pero no fue lo suficientemente lejos para el poderoso alfa.