Macarena estaba muy nerviosa, manteniendo sus ojos fijos en Emmanuel y sin mirar a nadie más, no sabía que él tenía esta habilidad. Todos decían que los hombres rectos eran genios de la tecnología, pero ella quería verlo por sí misma ese día.
Después de que Emmanuel colocó el contenedor, hizo numerosos ajustes consecutivos a varios parámetros y luego ajustó con firmeza el equipo. Al ver sus acciones competentes, los investigadores presentes intercambiaron miradas perplejas.
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