Capítulo 8 “Ataque contra la reina”
(20 de junio de 2019 Nueva York, NY)
(Aurora Mickols)
Los días han pasado casi en calma, tras el ataque contra Alexa, fue contratado un ex militar para reemplazar a Pietro. Blado Torvich, es el nuevo escolta de Alexa y vaya se ve serio y tranquilo, pero junto a Serguéi son en verdad peligrosos.
Aun así, Alexa no sale de casa a menos que yo esté segura de poderla proteger, el equipo de escoltas pasó de diez a veinte elementos en solo una noche.
En casa Alexa estaba segura pues estaba la habitación segura, pero cuando salíamos era el peligro. Tanto que Alexeí hizo traer para nosotras un auto especial, uno considerado solo para la realeza en medio oriente. Hablo de Mercedes Guardián; un auto blindado en su totalidad, cuyo blindaje es superior al llamado blindaje de grado diplomático, este auto si podía resistir un calibre cincuenta y hasta un pequeño misil personal.
Lo considero una exageración, pero al recordar los dos cortes en el bracito de mi hija, deseche la idea. También desde ese momento yo lleve mi pistola y cargadores extras, para estar seguro de poder responder el ataque.
Así que hoy antes de salir le recuerdo a Helena que se quede con Alexa en la habitación de la niña, Serguéi se queda con ellas junto a otro hombre, así puedo salir de casa rumbo al Club, son los últimos días antes de la competencia; por lo que debo ir a las ultimas practicas.
Estando en el Club, los chicos del equipo de escoltas se encargan de que verdaderamente este en privado, claro que, si bien no falla mucho, mis fallas son a propósito ya que otros competidores están presentes.
En casa mis fallos al blanco son prácticamente inexistentes, motivo por el cual Víctor y Peter me observaron sonriendo.
Tras dos horas practicando con las pistolas, pase a practicar con el arco y las flechas en donde mis fallas eran mínimas.
Cuando salimos del Club, fuimos al centro ya que necesitaba lienzos y algunos pigmentos, además de otros materiales para pintar.
Vi que Blado se acercó a Víctor cuando estábamos en la tienda especializada por lo que Víctor se acercó más a mí, eso me hizo preguntar
-¿Qué sucede Víctor?
-Blado cree que alguien nos sigue señora, así que será mejor tener cuidado.
-Bien llama a casa que Helena y Serguéi se encierren en la habitación de Alexa y pon en alerta a todos, terminamos aquí y nos vamos.
-Si Señora. -dijo Víctor.
Nos preparamos para cualquier cosa, tan pronto como subimos a la camioneta saque mi pistola y verifique que estuviera cargada, así como los cargadores extras.
Como estaban en alerta, Víctor estaba a mi derecha, Blado a mi izquierda y al frente estaban Peter el chofer cuya pistola ya estaba bajo su pierna y otro de los hombres con la pistola en la mano.
Otras tres camionetas viajaban con nosotros, una por delante y otras dos por detrás cada una llevaban al menos seis escoltas cada una.
Cuando salimos de la ciudad rumbo a la mansión, dos camionetas se nos acercaron y comenzaron a dispararnos, mi camioneta era blindada, pero no así las de los escoltas, dos de ellos salieron heridos.
Vimos otros dos vehículos acercarse de los que bajaron más atacantes, terminaron acorralándonos, yo baje de la camioneta y me parapete junto con Víctor y Blado tras la camioneta y sacando mi pistola apunte y dispare contra el que traía una kalashnikov, vi a Blado salir por Detrás de mí y acercarse a los atacantes desde atrás, no sin antes hablar con un hombre que se me hacía conocido, el cual llego en un auto negro.
El hombre rubio le sigue y llegando desde atrás, vi a Blado tomar a uno de los atacantes del cuello y dispararle al pecho, para cubrirse después con su cuerpo y disparar contra los otros en la camioneta.
El rubio hizo lo mismo, pero en lugar de disparar, lo jalo y sujetándolo de la cabeza le rompió al cuello. Un segundo después lo vi sacar un largo y ancho cuchillo y tras sujetar a otro lo vi degollarlo.
Poco después comenzaron a sonar las sirenas de la policía y vi llegaron a varios agentes que dispararon contra el resto de los atacantes impidiendo su escape, vi como arrestaban a ocho hombres, en el ataque eran al menos dieciséis hombres, estaba seguro de la muerte de seis, dos de ellos bajo mis disparos, otros bajo las acciones de Blado y del rubio desconocido.
Los agentes de policia comenzaron a recabar declaraciones y poco despues llego al detective Gale que se presento ante mi, estaban acordando ir al precinto a presentar una declaracion cuando un fuerte frenazo llamo mi atencion.
Vi a Blado de inmediato sacar su arma y apuntar mientras Víctor y Gale me protegían. Al rubio ya no lo vi más.
El frenazo lo había hecho Alexeí que se bajó alterado y vino directo a mi preguntando.
-Aurora, ¿cariño estas bien? Dime por Dios que no estas herida! ¿Te sientes mal? ¿Te duele el pecho? - El pobre estaba muy alterado y yo solo pude dejarme rodear por sus brazos y escucharlo sin poder responder debido a la fuerza de su abrazo, tenia la cara enterrada en su pecho, motivo por el que no podia hablar.
-Aurora, ¡amor respóndeme por favor! – le escuche decir, se escuchó muy alterado por lo que intente hablar pero lo que se escucho fue algo que ni yo entendí.
Alexeí me separó de su pecho un poco sin aflojar su abrazo y me miro alarmado
-¡No puedo respirar! - le digo
Grave error, pues empezó a pedir a gritos una ambulancia
-Alexeí suéltame, me aprietas demasiado y no me dejas respirar. - le digo
El me ve y suelta un poco su abrazo, yo por fin puedo respirar y moviéndome un poco tomo su rostro y tras darle un beso le digo
-Estoy bien, no te alteres.
-¡Pero no podías respirar! – dijo serio
-Pues claro, un poco cree que con ese abrazo de oso podría respirar? Ahora sumale que tenia mi cara enterrada en tu pecho. Amor ahora me duelen las costillas por tu fuerza.
El me ve serio y solo me abraza, esta vez más despacio diciendo.
-Estaba preocupado, esto está pasando muy seguido deberé tomar medidas.
-Por favor no más escoltas, ya son muchos.
-Aurora pondré tantos escoltas como sea necesario, si te pasa algo me muero.
-MMM, mejor no digas tonterías, si algo me pasa tienes que cuidar a Alexa, ella te necesitara, pues es muy pequeña para quedarse sola.
-Aurora…-comienza a decir, pero lo interrumpo
-Nada, júrame que pase lo que pase, cuidaras a Alexa como si fuera más valioso que las joyas de la corona. - le digo y él solo me ve sin decir nada.
-JURAMELO. - le exijo levantando la voz, ante la vista de todos; como si fuera un orden todos asienten, sé que cuidarán de mi pero que darán prioridad a mi hija si lo ordeno.
-Aurora te juro por Dios o por el diablo que, a nuestra pequeña Alexa, nada le pasará; pero tú debes cuidarte bien y aceptar los arreglos que hagas para protegerte.