Adeline Weber, es una chica de buen corazón, tímida, no se mete en problemas, trabaja duro para ayudar a sus padres y para pagar mensualmente sus estudios. El primer día de clases en la universidad, ella se convierte en la nueva y el centro de atención para muchos, principalmente al rompe-corazones, “el chico popular”. Ese chico que en todas las historias se describe como el malo del cuento. Brant Richter, es el malo del cuento y por sus tatuajes las chicas lo identifican como el guapo y rudo al que desean tener, “toda una mezcla perfecta”, sin embargo, a él no le gustan las chicas que lo idolatran, “aborrece la melosidad de sus admiradoras”. A él, le atraen las chicas que lo ignoran y sin esperarlo encontró a Adeline. Ella lo rechaza, lo ignora, no le atrae su físico y el dinero que tiene. Para Brant esto no es un juego, el desprecio de Adeline se ha convertido en un reto.