Serena Hassel era una mujer temida y deseada. Tenía un solo objetivo en la vida: apoderarse de la herencia que dejó su esposo al morir. En su corazón no había espacio para la piedad, así que pasaría por encima de quien fuera para lograrlo. Así fuera la vida de un niño. Sin embargo, necesitaba a Oscar Goodman, un tipo de buen corazón, dispuesto a ayudar a quien se lo pidiera; pero tenía un grave defecto: era el actual novio de Karen, la mujerzuela que fuera amante de su marido. Oscar estaba dispuesto a ceder, no sin antes venderse a esa hermosa arpía a un alto precio: quería conocer a la verdadera Serena, la mujer que habitaba ése cuerpo muerto en vida. La mujer que apenas lo tenía cerca, temblaba en sus brazos a pesar de ella misma. Serena no era una mujer fácil, tampoco se doblegaba por amor; una vez cometió ese error y lo pagó muy caro. No iba a repetir la historia con Oscar, el hombre de la ramera que ayudó a convertirla en lo que era hoy: un ser sin sentimientos. Su esposo estaba muerto, el hijo que había tenido con la zorra de su amante estaba muriendo... ¿por qué no quitarle un rato su juguete nuevo?