Penélope resopló antes de tomar el contrato para revisarlo. Estipulaba que Penélope aceptaba transferir todas sus acciones del Grupo Cruz a la familia Córdova como compensación económica por el daño que Nataniel les había hecho. Sin embargo, no decía que la familia Córdova no haría responsable a Nataniel de sus actos.
Penélope no era tonta, ya que era consciente de que se trataba de una trampa tendida por la familia Córdova. Nunca habían planeado dejar ir a Nataniel. Lo que estaban haciendo era solo apoderarse del Grupo Cruz aprovechando su desesperación por salvar a Nataniel. En consecuencia, Penélope ya no pensaba en el contrato. A pesar de su fachada de calma, estaba a punto de volverse loca de ansiedad. Se preguntó: «Marido, ¿por qué no estás aquí todavía?».
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