Sin embargo, la patada de Nataniel fue mucho más fuerte de lo que Max había previsto. Acababa de conseguir bloquear la patada de Nataniel con los brazos, pero ya le costaba mantener el equilibrio. Apresuradamente, cambió de posición, tratando de encontrar la postura más estable, con la esperanza de resistir la patada.
Nataniel dejó escapar un aliento frío, aumentando la fuerza bajo sus pies. Max sintió como si no estuviera apoyando el pie de Nataniel, sino una enorme montaña.
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