Nataniel estaba furioso. A todos los vampiros que habían presenciado el poder aterrador de Nataniel se les despertaron las imágenes más horripilantes de su memoria, recordando cómo había masacrado una vez a sus miembros.
En ese instante, un gran número de vampiros se sintieron presa del miedo y sus cuerpos se estremecieron. Por otro lado, Barba Sombra y algunos de los vampiros primordiales del Reino Divino nunca habían sido testigos de las proezas de Nataniel, por lo que no se lo tomaban demasiado en serio. Por lo tanto, permanecieron tranquilos, sin dejarse intimidar por sus amenazas.
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